domingo, 15 de marzo de 2015

Una copa de vino tinto y un cigarro

Eran las 4 de la tarde y yo precisaba una copa de vino tinto,un cigarro y el libro que encontré en los suburbios,ese cuyo "personaje errante,deambulante,vagabundo que transita el mundo de carroña con su conciencia agujereada,como una marioneta o un fantasma -hijo del alucinado laberinto que ensimismado cómicamente recorre- parece sentir ese peligro,parece que sintiera que el más mínimo paso en falso pudiera ser causa de su extravío definitivo. Extravío mental", ese escrito por el hombre que se apellida como los autos estos que cualquier superfluo quiere comprar: "Lamborghini".
Yo precisaba ver la luz natural que me cegaba los ojos cuando la recibía de golpe tras salir de mi cueva,precisaba la maldita copa de vino tinto y el cigarro. ¿Es tan difícil entenderlo?.
No pido más. No busco más. No exijo más.
Pero el mundo conspira y mis deseos no son órdenes,son basura,son motivo de la fulminante carcajada de la vida,que ha preferido tenerme envuelta entre estas cuatro paredes,sujeta a las invenciones ajenas,inmersa en la maldición de ser esto que quién sabe quién decretó.


En fin,no ha pasado mucho tiempo,pero sigo sin mi copa de vino tinto o mi cigarro,a veces tampoco encuentro sentido,explicaciones,ni los recuerdos que pensé conservaría,tampoco suelen estar las canciones,los versos y los aprendizajes,la razón o el hastío.


Todo empieza con las ganas de la copa de vino tinto y termina con el existencialismo y las crisis adjuntas a el.





-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.

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