sábado, 27 de junio de 2015

Indignación

Todos los días a las 4 pm, ella se sentaba en un parque a ver los días y la gente pasar.
Era un intercambio magnífico, un aprendizaje imparable, inspiración y otredad.
...
Chicos patinando, rueda un balón a sus pies, ella sonríe y lo lanza a su dueño (un niño sin afán de ser grande), dos particulares seres escarban en la basura y sustraen lo que les resulta útil reciclar. El viento sopla fuerte, las hojas se mueven, no hay marcha atrás.
Este día particularmente descolorido y normal, se llena de náusea, miedo y la grisácea tonalidad que posee la carencia y la marginalidad.
Es tan radical un instante.
Tan reflexiva la existencia.
Vomitiva la estancia.
Tan inmunda la realidad.
Basta con abrir los ojos para entender que hemos construído un país a punta de mierda, mierda e indiferencia.
-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO

sábado, 20 de junio de 2015

Por fin

Todos conocemos en algún momento,el preciso punto de la vida en que todo carece de sentido a cuenta de un querer talador,en que pensamos jamás superar,olvidar o avanzar para amar de nuevo;nos aferramos a la idea de cargar con la insoportable ausencia y si escribimos, las palabras se concentran en el dolor, se dedican a abrir cada herida,desangrando y haciendo que cada verso sea sentido. Pero (y éste pero es maravilloso),también llega el instante (generalmente tras mucho tiempo) en que nos sentimos tranquilos, en que dejamos de soportar "levedades" ajenas,en que nos olvidamos de ése "querer olvidar" y solo así,dejamos ir.
¡DOY FE DE ELLO!
Ese momento, llega inesperada y plácidamente, sobre todo si quien se ha olvidado, significó conmoción sentimental profunda,revoltura de entrañas, pérdida de estabilidad,lágrimas constantes y dolor en el alma. -Llega tras la resignación-.
Es tan simple como:
-Hoy hablas con ésa persona, sonríes, dices "buena noche",te duermes y te levantas mañana con la sensación de que el hilito restante,POR FIN se rompió, le ves de nuevo y no sientes tu cuerpo estremecerse,no sudan las manos, no se acelera el corazón, el intercambio de miradas ya no perfora los sesos, ni trasciende, ya no percibes con afán el aroma que antes fue tormento ocasional, desesperación y nostalgia; ya no, YA NO HAY NADA, se fue la magia,se fue el querer ser, besar, sentir y volver,ahora lo que surge es huir, resulta que ése nunca fue tu lugar. No guardas rencor, no te nace seguir insistiendo, no quieres seguir con ese juego, "GAME OVER", "Let's turn the page".
¡Qué sensación tan especial!
Esto debe ser lo más cercano a la plenitud. Se ha cerrado un ciclo de masoquismo, lágrimas,ponzoñosas letras,mucho alcohol y decepción. Terminó ese sentirse incapaz de continuar.
"Se me salió del corazón, de las entrañas, del alma, de las letras, las canciones y la vida" -susurré cuando conocí el olvido.
Queda, por supuesto, lo bonito, pero es recuerdo, es hora de avanzar.
¡MUCHAS GRACIAS QUERIDO SER TRASCENDENTAL,QUERIDA LÍNEA DIVISORIA Y HASTA NUNCA!

-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO

miércoles, 17 de junio de 2015

Consejos amigables para muchos jóvenes

Ve al Tíbet.
Monta en camello.
Lee la Biblia.
Tiñe tus zapatos de azul.
Déjate la barba.
Da la vuelta al mundo en una canoa de papel.
Suscríbete al Saturday Evening Post.
Mastica del lado izquierdo de la boca.
Cásate con una mujer que tenga una sola pierna y aféitate con navaja.
Y graba tu nombres en el brazo de ella.
Lávate los dientes con gasolina.
Duerme todo el día y trepa a los árboles por la noche.
Sé monje y bebe perdigones y cerveza.
Mantén la cabeza bajo el agua y toca el violín.
Baila belly dance frente a velas rosas.
Mata a tu perro.
Postúlate para alcalde.
Vive en un barril.
Rompe tu cabeza con un hacha.
Planta tulipanes bajo la lluvia.


Pero no escribas poesía.


-Charles Bukowski-

Más allá de la ventana


 "La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído por el deseo de cambiarse de cama."
 Charles Baudelaire




Yo tenía buenas razones para asesinar a Mario. Hay gente que mata por menos. Hay quienes asesinan por algo tan banal como el dinero, por algo tan atroz como el amor. Mario tenía algo que yo necesitaba, y no había ninguna otra forma de conseguirlo sino era eliminándolo a él. Tal vez estaba desesperado, no me quedaba mucho tiempo y ahora me queda menos; así que no tenía tiempo para perder. Tal vez si hubiera tenido más tiempo...

Compartíamos una habitación en un hospital de mala muerte, el mismo en el que ahora espero a la muerte mientras ella tarda a su cita. El mobiliario es básico, casi árido. Las dos camillas, las dos mesitas junto a las camillas, los aparatos que nos dilatan la agonía, un suelo anodino, un techo que hace juego con bombillas de neón, una ventana con un vidrio que fue pintado inexplicablemente con pintura anticorrosiva verde. Mario estaba junto a la ventana.

Yo caí en la selva, en una operación encubierta, me explotó una granada a un par de metros y sobreviví por pura crueldad de ese dios que mentaba mi madre. Me llevaron en helicóptero al pueblo, me sacaron todo lo que pudieron, me dejaron parapléjico en el proceso, y cuando desperté me habían dejado botado en la habitación de la que ya jamás saldré vivo. Cuando desperté ya estaba Mario.

No hay ni siquiera un televisor, una radio, una revista para llenar las horas con algo que no sean los mil rostros de la muerte que me visitan tanto. Ahora que lo pienso tal vez ya estoy muerto y este no es más que mi infierno personal, da lo mismo. Me moría de hastío cuando le pregunté a Mario cómo hacía para no morirse de aburrimiento. Me contó que en la esquina de la ventana había un rincón en el que la pintura estaba descascarada y que a través de él veía la plaza del pueblo. Me decía que sobretodo veía a una muchacha preciosa e imaginaba en todos los poemas que le compondría si no se lo comía el cáncer.
Yo quería mirar por esa ventana.

Mario era un pequeño cadáver sonriente, pero de alguna manera se las arreglaba para tener una mirada que a ratos parecía feliz. Se notaba que la enfermera lo atendía mejor a él. En un principio pensé que simplemente estaba loco. Que el cáncer se le había comido el cerebro, pero cuando empecé a conversar con él me di cuenta de que era muy lúcido y que respondía con tranquilidad, nunca perdía el control. Entonces me di cuenta de que su felicidad estaba en la ventana, o mejor, en aquello que estaba más allá de la ventana.

Primero empecé a pedirle que me describiera lo que veía. Me contaba de la plaza llena de basura en las tarde,s que siempre barrían en la mañana. Me hablaba de los carros viejos que pasaban por la calle, de los vendedores ambulantes y de las putas pescando en las esquinas, de los ladrones raponenando el bolso de alguna señora; pero sobretodo me hablaba de la muchacha que veía. La describía como si fuera poeta, ahora que lo pienso tal vez Mario era poeta, sí, definitivamente era poeta.

Pensé en pedirle a Mario que cambiara su puesto conmigo, o que nos lo turnáramos, pero me di cuenta de que no lo haría. Estaba tragado de la muchacha. A mí no me importaba esa mujer. La imaginaba tan común como cualquier muchacha de pueblo. Todas no son más que puticas más o menos declaradas que quieren sacarte la plata o quieren que las saques de allí. A mí lo que me interesaba era ver algo, dejar de tener que contar los lunares del humedad del techo o el número de baldosas del piso. El día en que me di cuenta de que estaba feliz por haber descubierto una telaraña en una esquina del techo comprendí que me estaba volviendo loco y que tenía que distraerme con algo. Me tragué el orgullo y le pedí a la enfermera que me trajera algo de leer a pesar de que era una grosera, de que no conocía su lugar, y de que me había tocado ponerla en su sitio más de una vez. Traté de ser tan amable como pude. Ella sonrió con una sonrisa torcida y salió del cuarto, al día siguiente me trajo una revista de modas. La revista me calmó un par de días, pero no fue mucho. Gente, yo quería ver gente viva, y eso sólo podía hacerlo en la ventana.

Pensé en pedirle a Mario que dejara de contarme lo que veía por la ventana, me torturaba cada vez más, pero me di cuenta de que, sin al menos ese pequeño remedo de vida, me terminaría volviendo loco por completo. Decidí que sería paciente. Sabía que a Mario no le quedaba mucho de vida. Se le notaba, puedo reconocer la muerte cuando la veo. Me aseguré preguntándole a la enfermera. Esperé a que coincidiera una visita de ella con un momento en que Mario estuviera dormido y le pregunté de la forma más casual que pude. Me miró por primera vez como si yo fuera humano y me dijo que era cuestión de semanas, dos meses a lo mucho, que Mario había aguantado mucho pero que ya no daba para más. Pensó que estaba preocupado por él. No la saqué de su error. Me alegró la noticia.

Mi plan de esperar se fue al diablo el día en el que vino el doctor. Un muchachito recién graduado al que todavía se le quebraba la voz al hablar. Yo también me estaba muriendo. Cuando explotó la granada estuve expuesto durante horas a la selva, y en la selva nunca hay nada bueno. Me infecté de algo raro que me está matando. Ni siquiera quise saber qué era. Ni siquiera quise saber si se podía hacer algo. Sabía que en ese pueblo de mala muerte no harían nada más que dejarme morir. Sabía que estaba sólo y que a nadie la importaba lo suficiente como para que me trasladaran a una ciudad de verdad, con un hospital de verdad, y con un médico de verdad. Le dije al doctorcito que se metiera su compasión por el culo. La cara que hizo bien valió morirme. Fue hermoso.

Así que no me quedaba mucho tiempo y Mario insistía en no morirse rápido. Yo necesitaba que se muriera y él, como su última gran broma, se aferraba a la vida. Decidí que no podía esperar más. No tenía tiempo.
Nos daban pastillas tres veces al día y a mí me inyectaban de vez en cuando. Me las arreglé para robarme una jeringa usada y mi plan empezó a tomar forma. Empecé a guardar los analgésicos más fuertes.

Al día siguiente le dije a la enfermera que había tenido una pesadilla y que no había podido dormir en toda la noche. Como era de esperarse me tranquilizó y me dijo que no me preocupara, que esa noche dormiría bien.

Me quedé despierto tanto como pude.

Al día siguiente tenía unas ojeras terribles. Le pedí a la enfermera que me ayudara. Fui patético. Le rogué que me consiguiera pastillas para dormir, que me hiciera ese único favor en su vida. Le confesé que había sido adicto toda a la vida a todo lo que podía imaginarse y que por eso los barbitúricos no me hacían nada, que no trataba de drogarme, que sólo quería dormir bien antes de morir y que necesitaba algo fuerte para eso.

Ese día me trajo dos cápsulas y un vaso de agua antes de irse.

Esperé a la madrugada.

Me tomé casi toda el agua y en la que quedó agregué el polvo de los barbitúricos con los analgésicos. Los diluí lo mejor que pude y llené la jeringa.

Me tomó horas arrastrarme hasta la camilla de Mario.

Inyecté la mezcla en su suero intravenoso.

Cuando por fin llegué a mi camilla casi amanecía. Estaba fatigado y feliz. Sabía que Mario no soportaría la mezcla, tal vez ya estaba muerto, sólo era cuestión de esperar.

Cuando empezó a entrar la luz en el cuarto Mario me habló. “¿John?” preguntó en voz alta. Casi me cago del susto. “¿Qué?” pregunté. “Gracias” me dijo. Luego suspiró. Supe que había muerto.

Ya me cambiaron de cama. Esperé pacientemente y hasta puse cara de tragedia. Después de que se llevaran el cadáver puse mi mejor cara de cordero y le pedí a la enfermera que me trasladara, que quería ver por la ventana. Me dijo que no había nada para ver. Casi pierdo la paciencia. Insistí.

No hay nada.

Una pared de ladrillos mal puestos tapa completamente la vista. Hay un espacio por el que ni siquiera cabe una persona y luego la pared del edificio del frente. Mario estaba simplemente loco.

Ahora que lo pienso tal vez no estaba loco. Tal vez sólo quería tener algo de qué hablar con un desconocido para no sentirse tan solo antes de morir.

¿Por qué me dio las gracias? ¿Se dio cuenta de que le inyecté algo y me dio las gracias porque lo alivié de su sufrimiento? ¿Sintió que se moría y me dio las gracias por compartir los últimos momentos con él?

¿Y si todo era un plan de Mario? ¿Y si me contó de la ventana para que yo lo matara? ¿Mes estoy volviendo loco?

¿La enfermera sabe algo? A veces me dala impresión de que me mira con cierto brillo de burla.

Hoy trajeron un nuevo tipo a la habitación. Está enyesado de los pies a la cabeza, es una maldita momia. Apenas sí tiene un ojo libre, la nariz y la boca. No quise contestarle cuando saludó. Ya no me queda nada. La muerte se demora demasiado pero la esperaré como un hombre. No necesito a nadie.

Hoy le contesté al nuevo el saludo. Estuve toda la tarde contándole de una muchacha hermosa que podía ver por el hueco de la ventana.


-Carlos Arturo García Bonilla- 

domingo, 14 de junio de 2015

El techo


Me encanta subir al techo de mi casa, mirar el cielo, tomar una cerveza, y sentir como el frió golpea el cuerpo recordándome que estoy viva y arrancándome de la expectación maravillosa que produce perderse observando las estrellas; a veces no son las estrellas, sino las nubes, las nubes son peculiares, se deforman, se reacomodan, parecen moverse. 

Subo y recuerdo lo maltrecha,agujereada y amorfa que está mi alma.

Es bueno recostarse, abrise como estrella de mar, cerrar los ojos y volar un poco, entre melodías y el panorama.

-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.

No quiero ser madre...¿Y qué?


''La primera reacción resulta muy molesta, porque es condescendiente y paternalista además de presuponer que no tengo las cosas claras, que lo digo por decir y que llegará algún momento epifánico en que “la verdad” sobre lo que quiero hacer con mi vida me iluminará y decidiré ser madre. Como si fuera algo que tengo que hacer sí o sí pero que aún no lo estuviera viendo''.

''He llegado a la conclusión de que quiero demasiado a mis hijos (hijos no natos) como para exponerlos a semejante circunstancia; una madre carente de instinto maternal y una sociedad demasiado injusta. No gracias, yo digo no.''


No hace falta haber vivido más de tres décadas o padecer un sinfín de decepciones, para decir muy convencida, que no quiero tener hijos.
Desde que somos pequeñas, las ''niñas'' nos vemos sujetas a planteamientos absurdos, superfluos que terminan siendo determinantes en nuestras vidas; desde el preciso instante en el que se me antojó jugar con el ''Power Ranger'' rojo de mi primo o ver ''Dragón Ball con él, me veía reprendida fuertemente y escuchaba cosas como ''Usted es una niña, no un varoncito'', ''siéntese bien'', ''juegue a la cocina, a la familia, a las muñecas, pero no con muñecos de acción''. Era inevitable considerar lo erróneo y ridículo de lo mencionado, porque en ese entonces no tenía ni cinco de criterio.
Quería intentar ese irme ''acoplando'' al mundo rosita, mis amigas siempre jugaban a las mamás, y como toda niña, no quería estar sola entonces me unía al club. No hizo falta mucho tiempo en ese mundito de color asqueroso y pastel por todas partes, motivo vomitivo de la existencia, para entender que lo mío eran otras cosas, dejé de frecuentar a esas amigas, me sentaba sola a explorar las flores o a ver el cielo y encontré refugio en mis libros, en la liberación y la rienda suelta a la imaginación, entendiendo poco a poco que yo era Angie simplemente, y que no me hacía menos mujer jugar con niños o divertirme con sus juegos, que podía ser tan femenina como quisiera sin tener que crear en mi cabeza la maraña vetusta de que como mujer ''DEBO SER MADRE'', ''para eso tiene ovarios, mijita'' -me dijo alguien, alguna vez-. 

Nunca he tenido instinto maternal, valoro muchísimo mi espacio propio, mi soledad, el ser para mí misma, puede sonar y leerse egoísta, probablemente lo sea, pero disfruto mucho más ser lo que soy.

Es una decisión tomada, ya sea, por altruismo, misantropía o empatía proyectada, no quiero levantarme en las noches a escuchar llanto, no quiero que alguien dependa enteramente de mí, porque a veces soy tan inestable que ni siquiera yo misma me entiendo.

Es necesario que entiendan de una vez por todas, que no voy a cambiar de parecer, que no soy menos mujer, que no soy insensible, es más me gustan mucho los niños, juego con ellos, me parecen tan dulces y me llenan de vitalidad, pero al poco tiempo me causan dolor de cabeza.

En determinado momento incluso, pienso donar mis óvulos que son a fin de cuentas el vehículo que conduce al sueño de otra persona y no al mío,

No hace falta tener hijos para sentirse plena.



-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.






Se me ocurre


''...encontrar,tratar de explicarse,decir adiós para siempre. Esa tendencia del hombre a terminar limpiamente lo que hace,sin dejar hilachas colgando.''
...
''...Tal vez el amor fuera el enriquecimiento más alto, un dador de ser;pero sólo malográndolo se podía evitar su efecto bumerán,dejarlo correr al olvido y sostenerse,OTRA VEZ SOLO, en ese nuevo peldaño de realidad abierta y porosa.''

-Cortázar,Julio.

La vida pasa y un día demasiado afortunado: abres los ojos, bostezas, te levantas, caminas, suspiras profundamente y descubres que las cosas tienen que cambiar;así, sin más que un impulso o un arrebato tras la ceguera que otorga la luz mañanera. Te dispones a alejar serenamente de tu panorama todo aquello que solo te perturba, entre otras cosas, la compañía que aunque deliciosa termina siendo aplastante e innecesaria. No hacen falta más razones,no hay tiempo para explicar.

Hay que cerrar el ciclo, decir ''adiós'', ''encantada'', ''muchas gracias'', ''este es el final''.No hay tiempo de estancarse, de reprocharse, de tirarse al hoyo de la desolación, es suficiente, el mundo no se detiene bajo ninguna circunstancia y a mí, solo se me ocurre quitarme los zapatos e ir corriendo y gritando por toda américa, por el mundo, quizá. 
Se me ocurre que puedo vivir sin amarres, sin juicios, sin lamentaciones, sin la necesidad de aislarme. Hay que bailar, sentir, sonreír sobre todo, hay que ser, intentar,  correr, dejar de llorar, gritar, escribir mucho, cantar mucho más, arrancarse la ropa y enfrentarse a la desnudez natural, entregarse al sexo que es el imperativo de tocar, de besar, de exponerse a uno mismo, de entregarse, de tocar lo intocable.
Se me ocurre que puedo estirarme por horas en la hierba, tras haber caminado un poco en busca de vino,cerveza, jugo o yogur, leer, buscarle formas absurdas a las nubes e incluso al cielo.
Se me ocurre que no hace falta pedir perdón cuando digo ''ADIÓS''. Como idea irrevocable surge el querer ser libre de las imposiciones y del sentirse culpable por querer simplemente ser feliz sin buscarle un significado a la palabra ''FELICIDAD'', que a ciencia cierta, resulta siendo todo el cúmulo de instantes que al cerrar los ojos nos trasladan, nos roban los suspiros, nos hacen callar.

Se me ocurre que puedo entonar en ''Amelie'' (mi guitarra), cualquier sonido que se asemeje al rugir de un tigre enfermo, considerando que no la sé interpretar, ¡qué me importa!.
Se me ocurre también entre carcajadas que puedo escribir un montón de canciones sin sentido, esas que jamás he estado dispuesta a escribir, a cantar.

Las ocurrencias no son malas, es más hay que hacerlas realidad.

Si no se me ocurriera decir todo lo que digo, entonces no tendría ningún sentido vivir.

Se me olvidaba, que se me da la gana de tergiversar los conceptos, de violar lo inviolable, de amar sin tener miedo, de gritar a los cuatro vientos que NO QUIERO SER MADRE.





Ojalá las ocurrencias no se detengan y usted se atreva a imaginar un poquito más mientras lee esto, mientras se toma una cerveza y ve la luna que lo invita a ser feliz, sin tanta vaina, sin tanto alargue.



-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.






jueves, 11 de junio de 2015

BALADA DE LO QUE NO VUELVE



Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido

¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?

Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la noche

Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La Poesía me despejó el camino
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?

Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio

Los siglos de la tierra me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido

¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo

¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
Los que habéis tocado mis manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?

Lo he perdido todo y todo lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin del mundo
Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella
¿En dónde estuve en dónde estoy?

Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable
Decid ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores

Las lágrimas se hinchan se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Mirad me os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo

Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mi tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh Poesía nuestro reino empieza

Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!

Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
Andaba por la Historia del brazo con la muerte
Oh hermano nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
Más que el árbol te gustará callar.


-Vicente Huidobro-

miércoles, 10 de junio de 2015

Oda al cigarro

Exquisito veneno y elíxir de melancolía,
compañero fiel,tan solitario.
Remembranzas asquerosas entre espesas bocanadas.
Humo que baja,carcome,se hospeda en el ser.
-Trastornos-.
Tabaco,pecado magnífico, consumido por el fuego ardiente del ayer,
Muerte,cáncer,perdición.
-Asesino infalible-

Perfecta angustia eterna
Tanto daño y aquí me tienes,
Tan letal y demoníaco, por fuera tan blanco e inofensivo.

Cigarro,cigarro
Disfrazado de respuesta a cada incógnita.
Reminiscencias, amarguras, espesor, se esparcen en el aire como cenizas inquietas frente a mis ojos perdidos, rojos, secos y llorosos.

Cigarro, cigarro, ¡mátame de una vez por todas!
Mátame entre bocanadas y recuerdos.


-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.


martes, 9 de junio de 2015

ALTAZOR, CANTO I





 Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?
 ¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa
 Con la espada en la mano?
 ¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?
 ¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser? 
 Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir
 ¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?
 Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor
 Estás perdido Altazor
 Solo en medio del universo
 Solo como una nota que florece en las alturas del
 vacío
 No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza
 ¿En dónde estás Altazor?
 La nebulosa de la angustia pasa como un río
 Y me arrastra según la ley de las atracciones
 La nebulosa en olores solidificada huye su propia soledad
 Siento un telescopio que me apunta como un revólver
 La cola de un cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad
 Buscando infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible
 Altazor morirás Se secará tu voz y serás invisible
 La Tierra seguirá girando sobre su órbita precisa
 Temerosa de un traspié como el equilibrista
 sobre el alambre que ata las miradas del pavor.
 En vano buscas ojo enloquecido
 No hay puerta de salida y el viento desplaza los planetas
 Piensas que no importa caer eternamente si se logra escapar
 ¿No ves que vas cayendo ya?
 Limpia tu cabeza de prejuicio y moral
 Y si queriendo alzarte nada has alcanzado
 Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra
 Sin miedo al enigma de ti mismo
 Acaso encuentres una luz sin noche
 Perdida en las grietas de los precipicios
 Cae
 Cae eternamente
 Cae al fondo del infinito
 Cae al fondo del tiempo
 Cae al fondo de ti mismo
 Cae lo más bajo que se pueda caer
 Cae sin vértigo
 A través de todos los espacios y todas las edades
 A través de todas las almas de todos los anhelos y todos los naufragios
 Cae y quema al pasar los astros y los mares
 Quema los ojos que te miran y los corazones que te aguardan
 Quema el viento con tu voz
 El viento que se enreda en tu voz
 Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos
 Cae en infancia
 Cae en vejez
 Cae en lágrimas
 Cae en risas
 Cae en música sobre el universo
 Cae de tu cabeza a tus pies
 Cae de tus pies a tu cabeza
 Cae del mar a la fuente
 Cae al último abismo de silencio
 Como el barco que se hunde apagando sus luces
 Todo se acabó
 El mar antropófago golpea la puerta de las rocas despiadadas
 Los perros ladran a las horas que se mueren
 Y el cielo escucha el paso de las estrellas que se alejan
 Estás solo
 Y vas a la muerte derecho como un iceberg que se desprende del polo
 Cae la noche buscando su corazón en el océano
 La mirada se agranda como los torrentes
 Y en tanto que las olas se dan vuelta
 La luna niño de luz se escapa de alta mar
 Mira este cielo lleno
 Más rico que los arroyos de las minas
 Cielo lleno de estrellas que esperan el bautismo
 Todas esas estrellas salpicaduras de un astro de piedra lanzado en las aguas eternas
 No saben lo que quieren ni si hay redes ocultas más allá
 Ni qué mano lleva las riendas
 Ni qué pecho sopla el viento sobre ellas
 Ni saben si no hay mano y no hay pecho
 Las montañas de pesca
 Tienen la altura de mis deseos
 Y yo arrojo fuera de la noche mis últimas angustias
 Que los pájaros cantando dispersan por el mundo.
 Reparad el motor del alba
 En tanto me siento al borde de mis ojos
 Para asistir a la entrada de las imágenes
 Soy yo Altazor
 Altazor
 Encerrado en la jaula de su destino
 En vano me aferro a los barrotes de la evasión posible
 Una flor cierra el camino
 Y se levantan como la estatua de las llamas
 La evasión imposible
 Más débil marcho con mis ansias
 Que un ejército sin luz en medio de emboscadas
 
 Abrí los ojos en el siglo
 En que moría el cristianismo
 Retorcido en su cruz agonizante
 Ya va a dar el último suspiro
 ¿Y mañana qué pondremos en el sitio vacío?
 Pondremos un alba o un crepúsculo
 ¿Y hay que poner algo acaso?
 La corona de espinas
 Chorreando sus últimas estrellas se marchita
 Morirá el cristianismo que no ha resuelto ningún problema
 Que sólo ha enseñado plegarias muertas
 Muere después de dos mil años de existencia
 Un cañoneo enorme pone punto final a la era cristiana
 El Cristo quiere morir acompañado de millones de almas
 Hundirse con sus templos
 Y atravesar la muerte con un cortejo inmenso
 Mil aeroplanos saludan la nueva era
 Ellos son los oráculos y las banderas
 Hace seis meses solamente
 Dejé la ecuatorial recién cortada
 En la tumba guerrera del esclavo paciente
 Corona de piedad sobre la estupidez humana
 Soy yo que estoy hablando en este año de 1919
 Es el invierno
 Ya la Europa enterró todos sus muertos
 Y un millar de lágrimas hacen una sola cruz de nieve
 Mirad esas estepas que sacuden las manos
 Millones de obreros han comprendido al fin
 Y levantan al cielo sus banderas de aurora
 Venid venid os esperamos porque sois la esperanza
 La única esperanza
 La última esperanza.
 Soy yo Altazor el doble de mí mismo
 El que se mira obrar y se ríe del otro frente a frente
 El que cayó de las alturas de su estrella
 Y viajó veinticinco años
 Colgado al paracaídas de sus propios prejuicios
 Soy yo Altazor el del ansia infinita
 Del hambre eterno y descorazonado
 Carne labrada por arados de angustia
 ¿Cómo podré dormir mientras haya adentro tierras desconocidas?
 Problemas
 Misterios que se cuelgan a mi pecho
 Estoy solo
 La distancia que va de cuerpo a cuerpo
 Es tan grande como la que hay de alma a alma
 Solo
 Solo
 Solo
 Estoy solo parado en la punta del año que agoniza
 El universo se rompe en olas a mis pies
 Los planetas giran en torno a mi cabeza
 Y me despeinan al pasar con el viento que desplazan
 Sin dar una respuesta que llene los abismos
 Ni sentir este anhelo fabuloso que busca en la fauna del cielo 
 Un ser materno donde se duerma el corazón
 Un lecho a la sombra del torbellino de enigmas
 Una mano que acaricie los latidos de la fiebre
 Dios diluido en la nada y el todo
 Dios todo y nada
 Dios en las palabras y en los gestos
 Dios mental
 Dios aliento
 Dios joven Dios viejo
 Dios pútrido lejano y cerca
 Dios amasado a mi congoja
 Sigamos cultivando en el cerebro las tierras del error
 Sigamos cultivando las tierras veraces en el pecho
 Sigamos
 Siempre igual como ayer mañana y luego y después
 No
 No puede ser. Cambiemos nuestra suerte
 Quememos nuestra carne en los ojos del alba
 Bebamos la tímida lucidez de la muerte
 La lucidez polar de la muerte
 Canta el caos al caos que tiene pecho de hombre
 Llora de eco en eco por todo el universo
 Rodando con sus mitos entre alucinaciones
 Angustia de vacío en alta fiebre
 Amarga conciencia del vano sacrificio
 De la experiencia inútil del fracaso celeste
 Del ensayo perdido
 Y aún después que el hombre haya desaparecido
 Que hasta su recuerdo se queme en la hoguera del tiempo
 Quedará un gusto a dolor en la atmósfera terrestre
 Tantos siglos respirada por miserables pechos plañideros
 Quedará en el espacio la sombra siniestra
 De una lágrima inmensa
 Y una voz perdida aullando desolada
 Nada nada nada
 No
 No puede ser
 Consumamos el placer
 Agotemos la vida en la vida
 Muera la muerte infiltrada de rapsodias langurosas
 infiltrada de pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas
 Las rocas de la muerte se quejan al borde del mundo
 El viento arrastra sus florescencias amargas
 Y el desconsuelo de las primaveras que no pueden
 nacer
 Todas son trampas
 trampas del espíritu
 Transfusiones eléctricas de sueño y realidad
 Oscuras lucideces de esta larga desesperación petrificada en soledad
 Vivir vivir en las tinieblas
 Entre cadenas de anhelos tiránicos collares de gemidos
 Y un eterno viajar en los adentros de sí mismo
 Con dolor de límites constantes y vergüenza de ángel estropeado
 Burla de un dios nocturno
 Rodar rodar rotas las antenas en medio del espacio
 Entre mares alados y auroras estancadas
 Yo estoy aquí de pie ante vosotros
 En nombre de una idiota ley proclamadora
 De la conservación de las especies
 Inmunda ley
 Villana ley arraigada a los sexos ingenuos
 Por esa ley primera trampa de la inconciencia
 El hombre se desgarra
 Y se rompe en aullidos mortales por todos los poros de su tierra
 Yo estoy aquí de pie entre vosotros
 Se me caen las ansias al vacío
 Se me caen los gritos a la nada
 Se me caen al caos las blasfemias
 Perro del infinito trotando entre astros muertos
 Perro lamiendo estrellas y recuerdos de estrella
 Perro lamiendo tumbas
 Quiero la eternidad como una paloma en mis manos
 Todo ha de alejarse en la muerte esconderse en la muerte
 Yo tú él nosotros vosotros ellos
 Ayer hoy mañana
 Pasto en las fauces del insaciable olvido
 Pasto para la rumia eterna del caos incansable
 Justicia ¿qué has hecho de mí Vicente Huidobro?
 Se me cae el dolor de la lengua y las alas marchitas
 Se me caen los dedos muertos uno a uno
 ¿Qué has hecho de mi voz cargada de pájaros en
 el atardecer
 La voz que me dolía como sangre?
 Dadme el infinito como una flor para mis manos
 Seguir
 No Basta ya
 Seguir cargado de mundos de países de ciudades
 Muchedumbres aullidos
 Cubierto de climas hemisferios ideas recuerdos
 Entre telarañas de sepulcros y planetas conscientes
 Seguir del dolor al dolor del enigma al enigma 
 Del dolor de la piedra al dolor de la planta
 Porque todo es dolor
 Dolor de batalla y miedo de no ser
 Lazos de dolor atan la tierra al cielo las aguas a la tierra
 Y los mundos galopan en órbitas de angustia
 Pensando en la sorpresa
 La latente emboscada en todos los rincones del espacio.
 Me duelen los pies como ríos de piedra
 ¿Qué has hecho de mis pies?
 ¿Qué has hecho de esta bestia universal
 De este animal errante?
 Esta rata en delirio que trepa las montañas
 Sobre un himno boreal o alarido de tierra
 Sucio de tierra y llanto
 de tierra y sangre
 Azotado de espinas y los ojos en cruz
 La conciencia es amargura
 La inteligencia es decepción
 Sólo en las afueras de la vida
 Se puede plantar una pequeña ilusión
 Ojos ávidos de lágrimas hirviendo
 Labios ávidos de mayores lamentos
 Manos enloquecidas de palpar tinieblas
 Buscando más tinieblas
 Y esta amargura que se pasea por los huesos
 Y este entierro en mi memoria
 Este entierro que se alarga en memoria
 Este largo entierro que atraviesa todos los días mi
 memoria
 Seguir
 No
 Que se rompa el andamio de los huesos
 Que se derrumben las vigas del cerebro
 Y arrastre el huracán los trozos a la nada al otro lado
 En donde el viento azota a Dios
 En donde aún resuene mi violín gutural
 Acompañando el piano póstumo del Juicio Final
 Eres tú tú el ángel caído
 La caída eterna sobre la muerte
 La caída sin fin de muerte en muerte
 Embruja el universo con tu voz
 Aférrate a tu voz embrujador del mundo
 Cantando como un ciego perdido en la eternidad
 Anda en mi cerebro una gramática dolorosa y brutal
 La matanza continua de conceptos internos
 Y una última aventura de esperanzas celestes
 Un desorden de estrellas imprudentes
 Caídas de los sortilegios sin refugio
 Todo lo que se esconde y nos incita con imanes fatales
 Lo que se esconde en las frías regiones de lo invisible
 O en la ardiente tempestad de nuestro cráneo

 La eternidad se vuelve sendero de flor
 Para el regreso de espectros y problemas
 Para el miraje sediento de las nuevas hipótesis
 Que rompen el espejo de la magia posible
 Liberación, ¡Oh! sí liberación de todo
 De la propia memoria que nos posee
 De las profundas vísceras que saben lo que saben
 A causa de estas heridas que nos atan al fondo
 Y nos quiebran los gritos de las alas
 La magia y el ensueño liman los barrotes 
 La poesía llora en la punta del alma
 Y acrece la inquietud mirando nuevos muros
 Alzados de misterio en misterio
 Entre minas de mixtificación que abren sus heridas
 Con el ceremonial inagotable de alba conocida
 Todo en vano
 Dadme la llave de los sueños cerrados
 Dadme la llave del naufragio
 Dadme una certeza de raíces en horizonte quieto
 Un descubrimiento que no huya a cada paso
 0 dadme un bello naufragio verde
 Un milagro que ilumine el fondo de nuestros mares íntimos
 Como el barco que se hunde sin apagar sus luces
 Liberado de este trágico silencio entonces
 En mi propia tempestad
 Desafiaré al vacío
 Sacudiré la nada con blasfemias y gritos
 Hasta que caiga un rayo de castigo ansiado
 Trayendo a mis tinieblas el clima del paraíso
 ¿Por qué soy prisionero de esta trágica busca?
 ¿Qué es lo que me llama y se esconde
 Me sigue me grita por mi nombre
 Y cuando vuelvo el rostro alargo las manos de los ojos
 Me echa encima una niebla tenaz como la noche de los astros ya muertos?
 Sufro me revuelco en la angustia
 Sufro desde que era nebulosa
 Y traigo desde entonces este dolor primordial en las células
 Este peso en las alas
 Esta piedra en el canto
 Dolor de ser isla
 Angustia subterránea
 Angustia cósmica
 Poliforme angustia anterior a mi vida
 Y que la sigue como una marcha militar
 Y que irá más allá
 Hasta el otro lado de la periferia universal
 Consciente
 Inconsciente
 Deforme
 Sonora
 Sonora como el fuego
 El fuego que me quema el carbón interno y el alcohol
 de los ojos
 Soy una orquesta trágica
 Un concepto trágico
 Soy trágico como los versos que punzan en las sienes y no pueden salir
 Arquitectura fúnebre
 Matemática fatal y sin esperanza alguna
 Capas superpuestas de dolor misterioso
 Capas superpuestas de ansias mortales
 Subsuelos de intuiciones fabulosas
 Siglos siglos que vienen gimiendo en mis venas
 Siglos que se balancean en mi canto
 Que agonizan en mi voz
 Porque mi voz es sólo canto y sólo puede salir en canto
 La cuna de mi lengua se meció en el vacío
 Anterior a los tiempos
 Y guardará eternamente el ritmo primero
 El ritmo que hace nacer los mundos
 Soy la voz del hombre que resuena en los cielos
 Que reniega y maldice
 Y pide cuentas de por qué y para qué
 Soy todo el hombre
 El hombre herido por quién sabe quién
 Por una flecha perdida del caos
 Humano terreno desmesurado
 Sí desmesurado y lo proclamo sin miedo
 Desmesurado porque no soy burgués ni raza fatigada
 Soy bárbaro tal vez
 Desmesurado enfermo
 Bárbaro limpio de rutinas y caminos marcados 
 No acepto vuestras sillas de seguridades cómodas
 Soy el ángel salvaje que cayó una mañana
 En vuestras plantaciones de preceptos
 Poeta
 Anti poeta
 Culto
 Anticulto
 Animal metafísico cargado de congojas
 Animal espontáneo directo sangrando sus problemas
 Solitario como una paradoja
 Paradoja fatal
 Flor de contradicciones bailando un fox-trot
 Sobre el sepulcro de Dios
 Sobre el bien y el mal
 Soy un pecho que grita y un cerebro que sangra
 Soy un temblor de tierra
 Los sismógrafos señalan mi paso por el mundo
 Crujen las ruedas de la tierra
 Y voy andando a caballo en mi muerte
 Voy pegado a mi muerte como un pájaro al cielo
 Como una fecha en el árbol que crece
 Como el nombre en la carta que envío
 Voy pegado a mi muerte
 Voy por la vida pegado a mi muerte
 Apoyado en el bastón de mi esqueleto

 El sol nace en mi ojo derecho y se pone en mi ojo izquierdo
 En mi infancia una infancia ardiente como un
 alcohol
 Me sentaba en los caminos de la noche
 A escuchar la elocuencia de las estrellas
 Y la oratoria del árbol
 Ahora la indiferencia nieva en la tarde de mi alma
 Rómpanse en espigas las estrellas
 Pártase la luna en mil espejos
 Vuelva el árbol al nido de su almendra
 Sólo quiero saber por qué
 Por qué
 Por qué
 Soy protesta y araño el infinito con mis garras
 Y grito y gimo con miserables gritos oceánicos
 El eco de mi voz hace tronar el caos

 Soy desmesurado cósmico
 Las piedras las plantas las montañas
 Me saludan Las abejas las ratas
 Los leones y las águilas
 Los astros los crepúsculos las albas
 Los ríos y las selvas me preguntan
 ¿Qué tal cómo está Ud.?
 Y mientras los astros y las olas tengan algo que decir
 Será por mi boca que hablarán a los hombres
 Que Dios sea Dios
 O Satán sea Dios
 O ambos sean miedo nocturna ignorancia
 Lo mismo da
 Que sea la Vía Láctea
 O una procesión que asciende en pos de la verdad
 Hoy me es igual
 Traedme una hora que vivir
 Traedme un amor pescado por la oreja
 Y echadlo aquí a morir ante mis ojos
 Que yo caiga por el mundo a toda máquina
 Que yo corra por el universo a toda estrella
 Que me hunda o me eleve
 Lanzado sin piedad entre planetas y catástrofes
 Señor Dios si tú existes es a mí a quien lo debes
 Matad la horrible duda
 Y la espantosa lucidez
 Hombre con los ojos abiertos en la noche
 Hasta el fin de los siglos
 Enigma asco de los instintos contagiosos
 Como las campanas de la exaltación
 Pajarero de luces muertas que andan con pies de espectro
 Con los pies indulgentes del arroyo
 Que se llevan las nubes y cambia de país
 En el tapiz del cielo se juega nuestra suerte
 Allí donde mueren las horas
 El pesado cortejo de las horas que golpean el mundo
 Se juega nuestra alma
 Y la suerte que se vuela todas las mañanas
 Sobre las nubes con los ojos llenos de lágrimas
 Sangra la herida de las últimas creencias
 Cuando el fusil desconsolado del humano refugio
 Descuelga los pájaros del cielo
 Mírate allí animal fraterno desnudo de nombre
 junto al abrevadero de tus límites propios
 Bajo el alba benigna
 Que zurce el tejido de las mareas
 Mira a lo lejos viene la cadena de hombres
 Saliendo de la usina de ansias iguales
 Mordidos por la misma eternidad
 Por el mismo huracán de vagabundas fascinaciones
 Cada uno trae su palabra informe
 Y los pies atados a su estrella propia
 Las máquinas avanzan en la noche del diamante fatal
 Avanza el desierto con sus olas sin vida
 Pasan las montañas pasan los camellos
 Como la historia de las guerras antiguas
 Allá va la cadena de hombres entre fuegos ilusos
 Hacia el párpado tumbal
 Después de mi muerte un día
 El mundo será pequeño a las gentes
 Plantarán continentes sobre los mares
 Se harán islas en el cielo
 Habrá un gran puente de metal en torno de la Tierra
 Como los anillos construidos en Saturno
 Habrá ciudades grandes como un país
 Gigantescas ciudades del porvenir
 En donde el hombre-hormiga será una cifra
 Un número que se mueve y sufre y baila
 (Un poco de amor a veces como un arpa que hace olvidar la vida)
 Jardines de tomates y repollos
 Los parques públicos plantados de árboles frutales
 No hay carne que comer el planeta es estrecho
 Y las máquinas mataron el último animal
 Árboles frutales en todos los caminos
 Lo aprovechable sólo lo aprovechable
 Ah la hermosa vida que preparan las fábricas
 La horrible indiferencia de los astros sonrientes
 Refugio de la música
 Que huye de las manos de los últimos ciegos
 Angustia angustia de lo absoluto y de la perfección
 Angustia desolada que atraviesa las órbitas perdidas
 Contradictorios ritmos quiebran el corazón
 En mi cabeza cada cabello piensa otra cosa
 Un hastío invade el hueco que va del alba al poniente
 Un bostezo color mundo y carne
 Color espíritu avergonzado de irrealizables cosas
 Lucha entre la piel y el sentimiento de una dignidad bebida y no otorgada.
 Nostalgia de ser barro y piedra o Dios
 Vértigo de la nada cayendo de sombra en sombra
 Inutilidad de los esfuerzos fragilidad del sueño
 Ángel expatriado de la cordura
 ¿Por qué hablas Quién te pide que hables?
 Revienta pesimista mas revienta en silencio
 Cómo se reirán los hombres de aquí a mil años
 Hombre perro que aúllas a tu propia noche
 Delincuente de tu alma
 El hombre de mañana se burlará de ti
 Y de tus gritos petrificados goteando estalactitas
 ¿Quién eres tú habitante de este diminuto cadáver estelar?
 ¿Qué son tus náuseas de infinito y tu ambición de eternidad?
 Átomo desterrado de sí mismo con puertas y ventanas de luto
 ¿De dónde vienes a dónde vas?
 ¿Quién se preocupa de tu planeta?
 Inquietud miserable
 Despojo del desprecio que por ti sentiría
 Un habitante de Betelgeuse
 Veintinueve millones de veces más grande que tu sol
 Hablo porque soy protesta insulto y mueca de dolor
 Sólo creo en los climas de la pasión
 Sólo deben hablar los que tienen el corazón clarividente
 La lengua a alta frecuencia
 Buzos de la verdad y la mentira
 Cansados de pasear sus linternas en los laberintos de la nada
 En la cueva de alternos sentimientos
 El dolor es lo único eterno

 Y nadie podrá reír ante el vacío
 ¿Qué me importa la burla del hombre-hormiga
 Ni la del habitante de otros astros más grandes?
 Yo no sé de ellos ni ellos saben de mí
 Yo sé de mi vergüenza de la vida de mi asco celular
 De la mentira abyecta de todo cuanto edifican los hombres
 Los pedestales de aire de sus leyes e ideales
 Dadme dadme pronto un llano de silencio
 Un llano despoblado como los ojos de los muertos
 ¿Robinson por qué volviste de tu isla?
 De la isla de tus obras y tus sueños privados
 La isla de ti mismo rica de tus actos
 Sin leyes ni abdicación ni compromisos
 Sin control de ojo intruso
 Ni mano extraña que rompa los encantos
 ¿Robinson cómo es posible que volvieras de tu isla?
 Malhaya el que mire con ojos de muerte
 Malhaya el que vea el resorte que todo lo mueve
 Una borrasca dentro de la risa
 Una agonía de sol adentro de la risa
 Matad al pesimista de pupila enlutada
 Al que lleva un féretro en el cerebro
 Todo es nuevo cuando se mira con ojos nuevos
 Oigo una voz idiota entre algas de ilusión
 Boca parasitaria aún de la esperanza

 Idos lejos de aquí restos de playas moribundas
 Mas si buscáis descubrimientos
 Tierras irrealizables más allá de los cielos
 Vegetante obsesión de musical congoja
 Volvamos al silencio
 Restos de playas fúnebres
 ¿A qué buscáis el faro poniente
 Vestido de su propia cabellera
 Como la reina de los circos?
 Volvamos al silencio
 Al silencio de las palabras que vienen del silencio
 Al silencio de las hostias donde se mueren los profetas
 Con la llaga del flanco
 Cauterizada por algún relámpago
 Las palabras con fiebre y vértigo interno
 Las palabras del poeta dan un marco celeste
 Dan una enfermedad de nubes
 Contagioso infinito de planetas errantes
 Epidemia de rosas en la eternidad
 Abrid la boca para recibir la hostia de la palabra herida
 La hostia angustiada y ardiente que me nace no se sabe dónde
 Que viene de más lejos que mi pecho
 La catarata delicada de oro en libertad
 Correr de río sin destino como aerolitos al azar
 Una columna se alza en la punta de la voz
 Y la noche se sienta en la columna
 Yo poblaré para mil años los sueños de los hombres
 Y os daré un poema lleno de corazón
 En el cual me despedazaré por todos lados
 Una lágrima caerá de unos ojos
 Como algo enviado sobre la tierra
 Cuando veas como una herida profetiza
 Y reconozcas la carne desgraciada
 El pájaro cegado en la catástrofe celeste
 Encontrado en mi pecho solitario y sediento 
 En tanto yo me alejo tras los barcos magnéticos
 Vagabundo como ellos
 Y más triste que un cortejo de caballos sonámbulos
 Hay palabras que tienen sombra de árbol
 Otras que tienen atmósfera de astros
 Hay vocablos que tienen fuego de rayos
 Y que incendian donde caen
 Otros que se congelan en la lengua y se rompen al salir
 Como esos cristales alados y fatídicos
 Hay palabras con imanes que atraen los tesoros del abismo
 Otras que se descargan como vagones sobre el alma
 Altazor desconfía de las palabras
 Desconfía del ardid ceremonioso
 Y de la poesía
 Trampas
 Trampas de luz y cascadas lujosas
 Trampas de perla y de lámpara acuática
 Anda como los ciegos con sus ojos de piedra
 Presindendo el abismo a todo paso
 Mas no temas de mí que mí lenguaje es otro
 No trato de hacer feliz ni desgraciado a nadie
 Ni descolgar banderas de los pechos
 Ni dar anillos de planetas
 Ni hacer satélites de mármol en torno a un talismán ajeno
 Quiero darte una música de espíritu
 Música mía de esta cítara plantada en mi cuerpo
 Música que hace pensar en el crecimiento de los árboles
 Y estalla en luminarias adentro del sueño
 Yo hablo en nombre de un astro por nadie conocido
 Hablo en una lengua mojada en mares no nacidos
 Con una voz llena de eclipses y distancias
 Solemne como un combate de estrellas o galeras lejanas
 Una voz que se desfonda en la noche de las rocas
 Una voz que da la vista a los ciegos atentos
 Los ciegos escondidos al fondo de las casas
 Como al fondo de sí mismos
 Los veleros que parten a distribuir mi alma por el mundo
 Volverán convertidos en pájaros
 Una hermosa mañana alta de muchos metros
 Alta como el árbol cuyo fruto es el sol
 Una mañana frágil y rompible
 A la hora en que las flores se lavan la cara
 Y los últimos sueños huyen por las ventanas

 Tanta exaltación para arrastrar los cielos a la lengua
 El infinito se instala en el nido del pecho
 Todo se vuelve presagio
 ángel entonces
 El cerebro se torna sistro revelador
 Y la hora huye despavorida por los ojos
 Los pájaros grabados en el zenit no cantan
 El día se suicida arrojándose al mar
 Un barco vestido de luces se aleja tristemente
 Y al fondo de las olas un pez escucha el paso de los hombres
 Silencio la tierra va a dar a luz un árbol
 La muerte se ha dormido en el cuello de un cisne
 Y cada pluma tiene un distinto temblor
 Ahora que Dios se sienta sobre la tempestad
 Que pedazos de cielo caen y se enredan en la selva
 Y que el tifón despeina las barbas del pirata
 Ahora sacad la muerta al viento
 Para que el viento abra sus ojos
 Silencio la tierra va a dar a luz un árbol
 Tengo cartas secretas en la caja del cráneo
 Tengo un carbón doliente en el fondo del pecho
 Y conduzco mi pecho a la boca
 Y la boca a la puerta del sueño
 El mundo se me entra por los ojos
 Se me entra por las manos se me entra por los pies
 Me entra por la boca y se me sale
 En insectos celestes o nubes de palabras por losporos
 Silencio la tierra va a dar a luz un árbol
 Mis ojos en la gruta de la hipnosis
 Mastican el universo que me atraviesa como un túnel
 Un escalofrío de pájaro me sacude los hombros
 Escalofrío de alas y olas interiores
 Escalas de olas y alas en la sangre
 Se rompen las amarras de las venas
 Y se salta afuera de la carne
 Se sale de las puertas de la tierra
 Entre palomas espantadas
 Habitante de tu destino
 ¿Por qué quieres salir de tu destino?
 ¿Por qué quieres romper los lazos de tu estrella
 Y viajar solitario en los espacios
 Y caer a través de tu cuerpo de tu zenit a tu
 nadir?
 No quiero ligaduras de astro ni de viento
 Ligaduras de luna buenas son para el mar y las mujeres
 Dadme mis violines de vértigo insumiso
 Mi libertad de música escapada
 No hay peligro en la noche pequeña encrucijada
 Ni enigma sobre el alma
 La palabra electrizada de sangre y corazón
 Es el gran paracaídas y el pararrayos de Dios
 Habitante de tu destino
 Pegado a tu camino como roca
 Viene la hora del sortilegio resignado
 Abre la mano de tu espíritu
 El magnético dedo
 En donde el anillo de la serenidad adolescente
 Se posará cantando como el canario pródigo
 Largos años ausente
 Silencio
 Se oye el pulso del mundo como nunca pálido
 La tierra acaba de alumbrar un árbol.


-Vicento Huidobro.

LA POESÍA ES UN ATENTADO CELESTE



Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo
Y esta espera es otro modo de presencia
La espera de mi retorno
Yo estoy en otros objetos
Ando en viaje dando un poco de mi vida
A ciertos árboles y a ciertas piedras
Que me han esperado muchos años
Se cansaron de esperarme y se sentaron
Yo no estoy y estoy
Estoy ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos querrían mi lenguaje para expresarse
Y yo querría el de ellos para expresarlos
He aquí el equívoco el atroz equívoco
Angustioso lamentable
Me voy adentrando en estas plantas
Voy dejando mis ropas
Se me van cayendo las carnes
Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas
Me estoy haciendo árbol Cuántas cosas me he ido convirtiendo en
[otras cosas...
Es doloroso y lleno de ternura
Podría dar un grito pero se espantaría la transubstanciación
Hay que guardar silencio. Esperar en silencio.






-Vicente Huidobro

sábado, 6 de junio de 2015

LEJANÍA



Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas?






Alejandra Pizarnik.

Ciudad sin sueño

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.




Federico García Lorca.

¿De qué se ríe?


(Seré curioso)


 En una exacta
 foto del diario
 señor ministro
 del imposible
 vi en pleno gozo
 y en plena euforia
 y en plena risa
 su rostro simple
 seré curioso
 señor ministro
 ¿de qué se ríe?
 ¿de qué se ríe?.
 De su ventana
 se ve la playa
 pero se ignoran
 los cantegriles
 tienen sus hijos
 ojos de mando
 pero otros tienen
 mirada triste,
 aquí en la calle
 suceden cosas
 que ni siquiera
 pueden decirse,
 los estudiantes
 y los obreros
 ponen los puntos
 sobre las íes,
 por eso digo
 señor ministro
 ¿de qué se ríe?
 ¿de qué se ríe?
 usté conoce
 mejor que nadie
 la ley amarga
 de estos países,
 ustedes duros
 con nuestra gente,
 ¿por qué con otros
 son tan serviles?
 cómo traicionan
 el patrimonio
 mientras el gringo
 nos cobra el triple,
 cómo traicionan
 usté y los otros
 los adulones
 y los seniles,
 por eso digo
 señor ministro
 ¿de qué se ríe?
 ¿de qué se ríe?.
 Aquí en la calle
 sus guardias matan
 y los que mueren
 son gente humilde
 y los que quedan
 llorando de rabia
 seguro piensan
 en el desquite.
 Allá en la celda
 sus hombres hacen
 sufrir al hombre
 y eso no sirve
 después de todo
 usté es el palo
 mayor de un barco
 que se va a pique
 seré curioso
 señor ministro
 ¿de qué se ríe?
 ¿de qué se ríe?.




Mario Benedetti.

Me dueles

Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma, búscame,
escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama,
pide tu asombro, tu iluminado silencio.
Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad de rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.




Jaime Sabines G.

Este sabor de lágrimas...



Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
de una tristeza apenas explicable
 con palabras, y de una imperturbable
soledad, que por ti nace y existe.
Siempre de gris, mi corazón se viste:
polvo y humo, ceniza abominable,
y la envolvente bruma irrenunciable
que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.
Gris a mí alrededor. Contra mi mano
la nube espesa se va abriendo en vano
porque el fuego que soy, no está encendido
y hay niebla en lo que miro y lo que toco.
Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco
porque está gris, y llueve, y no has venido.



Julia P.
"Alguna vez, de pronto, me despierto:
 Un dolor me recorre tenazmente,
 un dolor que está siempre, agazapado,
 por saltar, desde adentro.
 Entonces tengo miedo.
 Entonces, me doy cuenta que estoy sola
 frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
 lleno de mis imágenes,
 de rostros polvorientos.
 Estoy sola, pero siempre estoy sola:
 Es lo único cierto.
 El amor era un huésped,
 la soledad es siempre el compañero
 que permanece al lado, inconmovible.
 Lo único seguro, verdadero.
 Oigo mi corazón, vieja campana
 que dobla y que golpea,
 que rebota en las sienes y en la nuca
 y en la boca y los dedos.
 Es cierto, tengo miedo.
 Miedo de no poder gritar, de pronto,
 de que ya sea demasiado tarde
 para un ruego.
 La costumbre ahoga las palabras
 y alarga el desencuentro.
 Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
 perdidas, sin recuerdo,
 tantas palabras que no fueron dichas,
 tantos gestos.
 Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
 fue una ardiente rebelde,
 se desolló las manos y la vida
 por defender los que creyó más débiles.
 Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
 era dura, malévola,
 avara de ternura, con la boca
 mostraba su desprecio.
 Alguien dirá: Y cómo sonreía...
 Qué importa
 lo que vendrá después del gran silencio.
 Claro que tengo miedo.
 Así, en la madrugada
 mientras algún dolor -un dolor, siempre-
va hincando sus agujas en mi cuerpo,
 abro las manos en la sombra dulce
 para atrapar mi soledad, de nuevo,
 y me quedo a su lado, sin moverme,
 con los ojos abiertos
 la vida detenida.
 Toda mi sangre es un temor inmenso."





Julia Prilutzky

jueves, 4 de junio de 2015

Espero curarme de ti

 
"Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte",dice un poema del señor Sabines. Cuánta necesidad y desolación se esconden tras ese grito a la nada, tras ese sentirse miserable, inerte.
Debo dejar de fumarte en cada pitada de cigarro y de vida que parece muerte, debo dejar de beberte entre cada sorbo de vino caliente,entre cada sorbo de veneno, debo dejar de pensar en ti, en tu mágica presencia, en tu ausencia que cala los huesos,que perfora los sesos, que espesa la sangre y ahonda los vacíos que ya habitaban el alma.
Debo, requiero,necesito,me urge sacarte de mi mente,despegarte de mis letras, arrancarte de cada parte de mi ser.
Es tan complicado soltar tu mano y dejarte ir,teniendo claro que jamás vas a volver, que jamás regresaré a ti, es difícil imaginarte allá donde sobras, donde respiras otro aire, donde eres tuyo y ya nunca más mío,nunca más mi anhelo, mi otro impar,mi cronopio...
El jardín que alguna vez construimos,queda destrozado, se ha reducido a las cenizas absurdas de un querer inmenso que no pudo sostenerse más. Lo que fui,jamás será de nuevo.
Debo dejar de pisarte los talones, dibujarte y escribirte.
Necesito dejar de encontrar ese aroma tuyo que era una mezcla exacta entre cigarrillo,chicle y ese perfume común que perdía su ordinariez impregnado en tu piel.
Solicito con la mayor urgencia altas dosis de olvido y mucho alcohol,si, ya sé que mi hígado está en malas condiciones,¿qué me importa?, nada peor puede pasar.
En este suelo que me sujeta hay colillas de cigarro, libros por centavos, latas de cerveza, botellas de cabernet y el alma en pedazos,las razones sobran, no quiero repetirme las desgracias,ni martillarme la existencia con esa angustia infinita, lo único que interesa es éste perderme, éste irme,éste drogarme no con éxtasis,marihuana o algún alucinógeno, sino con blues, con acordes de piano, con tristezas que van desde Einaudi hasta Insomnium.
Debo dejar de extrañarte, será complejo, quizá imposible, considerando que lo que contigo,con nadie más será....
Es menester notar que ya no hay vuelta de hoja.
Debo dejar de amarte o amarte menos, pero ¿a quién demonios engaño? ES INEVITABLE.


-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.