martes, 26 de agosto de 2014

Cambiándole el color al amor.


ADVERTENCIA: No apto para fieles creyentes del amor y sus vejámenes.

Saliendo de los tradicionalismos, en donde el amor es rosa y los corazones son la fiel representación del mismo, es momento de plantear el significado más bien escéptico a las definiciones dadas, a los cánones impuestos.
Me considero, (como podrá notarse más adelante) una reacia, hacía la poesía amatoria de todos los tiempos y a las manifestaciones que cada época le otorga al tan prostituido ''AMOR''.

Miles de definiciones me vienen a la cabeza, miles de cosas cursis, miles de frases, que incluso alguna vez dije, que alguna vez me dijeron y que solo eran patrañas, eran ''PROMESAS RANCIAS''. 
Sin duda, uno no puede definir, algo tan sencillamente complejo como el amor. Como alguien me dijo una vez, y luego por mí misma confirmé en un escrito que me llenó de argumentos:''El amor es locura temporal,curable mediante el matrimonio''. ¡Tremenda definición!, un tanto cruda, pero aunque no abarca en totalidad lo que a ciencia cierta desconozco, me convence un poco más. 
Es preferible, dedicarse a la locura del vivir, entender la esencia, y hacer de cada momento algo único, sabiéndolo efímero.
Tal y como dice Mago de Oz, en Molinos de Viento: ''Si puedes definir, el odio o el amor. Amigo, ¡qué desilusión!''.
Es algo así como definir la felicidad. 
Nadie conoce al amor, en totalidad. 
Opino que es algo más allá de lo que podamos imaginar, es completamente inconcebible, debe ser algo inmenso; que sin duda, nada tiene que ver con el color rosa, los unicornios, la gente vomitando arco iris, los versitos alegres con tonada elegante. Nada ha de tener que ver con las ataduras, con los celos enfermizos, con las sonrisas fingidas, con los instantes perfectos.
Quiero más bien convencerme de que es todo lo contrario, de que es algo más mortal, algo más bien bonito. Lo llena de colores a uno, pero luego, le pasa factura, y de qué desgraciadas maneras.
La cuenta llega con recargo. Recargo de aroma, recargo de ausencia, recargo de amargura, recargo de putrefacción, recargo de crápulas nocturnas, de almas bohemias. 
Vaya manera de cobrarse lo bonito, que uno ni siquiera pretendió comprar, aunque no se puede negar, que es una grata sorpresa.
De vez en cuando, es bueno toparse con los besos furtivos, con las miradas que se pierden de la manera más estúpida, con las peleas más absurdas y las sonrisas que se chocan para convertirse en el comienzo de un beso, que luego será caricia y lo magnífico, que es la continuación.
De vez, en cuando, es grato despegar del cemento los zapatos, volar un rato, aún sin cielo aparente, volar con alguien, volar mientras se pueda, volar aún sin haber salido de órbita.
Es bueno, soñar, esperar las noches sin temor.
Es bueno ver el cielo, buscarle formas, y pretender que no existen límites, que si hay que ir al infierno, iremos con méritos.
Es bueno entender que no somos eternos, que no somos enteramente nuestros, que no podemos hacer que los orgasmos duren más que lo que el organismo decreta, pero que podemos tenerlos más seguido.
Es bueno, tener en mente que podemos volcar los conceptos, que podemos huir, que podemos quedarnos, que podemos cantar, que podemos tomar una cerveza mientras hablamos de cuánta mierda existe o cruza por nuestra mente.
Es bueno, es bueno poder compartir con alguien un poco, un poquito de uno mismo. Es bueno sentir, una nariz fría cerca de la de uno, es bueno rozar otra piel, es bueno oler otros cuerpos, sentir otros abrazos, experimentar otros mundos. Es bueno, es bueno sentir eso que nos desploma,que nos acelera, que hace parte de las hormonas, de la ''DOPAMINA'', específicamente. Es bueno sentir lo más cercano al éxtasis, lo más cercano a darse en el peor y al mismo tiempo, el mejor de los momentos.




-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.

¡CORTÁZAR: 100 AÑOS DE UN GRANDE!


Nacido en Bruselas, con sangre Argentina, amante de París,defensor del pueblo y los movimientos izquierdistas, y esparcido por cada rincón del mundo como uno de los mejores literatos hispanoamericanos; ése era Julio Florencio Cortázar.
Un hombre intelectual, que se apoderaba de sus letras, como el cielo de las estrellas, como la oscuridad de las noches,como el árbol se aferra a sus raíces en una fuerte ventisca. 
No está de más decir, que éste es uno de mis escritores favoritos. 
Tan inmenso, tan lleno de sí, tan cautivador, tan innovador, tan MAJESTUOSO, tan cronopio, tan jardín, tan flor. 
Es gratificante el saber que haya en el mundo existido alguien tan meramente extraordinario, que con cada verso, cada palabra, cada historia, cada rima, cada prosa, te erice la piel, te vuelo los sesos, te revuelva el interior, la vida misma. 
A veces, uno se encuentra tan deshecho que basta con leer un poco para tranquilizarse, pero está Cortázar que no te tranquiliza sino que te describe (aunque suene tenebroso), te llena, te amarga y te endulza en un simple pasar de renglón, de página, de oración; está Cortázar que te abre los ojos, que te invita a jugar en una Rayuela, que te invita a sentir lo más puro de ti, de VOS, que te adentra en lo más profundo de la relatividad, que te hace sonreír. 

Está cada libro que hace que lo ames más, que conozcas un poco de él, que lo escuches con su pronunciación parisina y su sonrisita a mitad de lectura,que inventes, que juegues, que seas la Maga, que seas Manú, que seas Oliveira, que seas vos, incluso.

Está Cortázar, el grande, a quien le agradezco, y a quien guardo junto con sus obras,en el baúl de los mejores momentos.




-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.