viernes, 27 de febrero de 2015

Invalidez Social

Iba siendo un día ordinario, demasiado normal hasta que la noche se asomó con sospechosa objetividad por la ventana. El frío se adueñó del cuerpo de esta infortunada, de esta inválida social -y cuando digo ‘’INVÁLIDA SOCIAL’’, me refiero a una de esas almas presas en un cuerpo inmóvil, inútil aunque definitivamente se desplazaba, corría, cantaba e incluso escribía estas letras cargadas de un sinfín de emociones. Inmóvil, en un sentido incomprensible, podría decirse, era algo así como guardar las ansías de gritar que tiene un mudo, los anhelos de ver que tiene un ciego, las ganas de correr que día a día mantienen vivo al inválido corporal. NO EXISTE EN ELLA UNA INVALIDEZ FÍSICA, hago énfasis en ello; estaba cargada de sueños, de ideas, pensamientos pero estaba atada de pies y manos y lo que resulta más patético es que no habían cadenas visibles que justificaran su quietud-.
Un día ingrato o demasiado grato, a decir verdad.
Su vida, la de ella, estaba cargada de pesadeces, podredumbre, inconformidades, rarezas y un fétido y espeso ambiente, que ella misma inventó con el fin de hacer más miserable su lugar habitual, ese del que por más que quisiera, no podía salir, ese que parecía ser principio y fin, salud, enfermedad, desenfreno, cordura, movilidad.
Vaya que es un contexto extraño, tan complejo como el pensamiento de quién con un lápiz a medio destruir, escribe y escribe, a media tinta, a tinta y media, a rienda suelta, limitada por la luz que debía apagarse cuando el reloj diera las 11, ¡pero si a esa hora es que comienza la verdadera condena! , a esa hora es que vienen los fantasmas a posarse en las cabezas, a bombardear cada neurona, a agitar las vísceras, a causar estragos. El tiempo era insuficiente, poco coherente y cognitivamente dadivoso, como la mano que se conecta con los intereses y sigue, sigue, soporta el dolor que se da por la presión de esta entre el lápiz, el papel y la desesperación, no puede detenerse, no puede dejar de plasmar.

GRITOS (ENTRE LÍNEAS ) DE LUCHA FRUSTRADA, DE PARÁLISIS A MEDIAS, DE BATALLAS INTERIORES, DE CAMPOS DE LUCHA EN DONDE NADIE GANA.

Las horas corrían pero su existencia estaba intacta, absurda, letal; ella seguía escribiendo, era perdición.
Su invalidez social no tenía más diagnóstico que el que le ofrecían un psiquiatra de la calle 20 con 32 A: ‘’Hay que internarla, es un caso perdido, busca y no encuentra, sufre pero no padece, se ata sin cadenas y se funde entre la esquizofrenia y la sanidad’’
Imaginarla viva, TAN VIVA COMO SU CORAZÓN TRAS CADA LATIDO MENCIONABA, era paradójico, porque respiraba pero sin esperanza, sin ruta, encarcelada junto con sus sueños, con las ganas (ya lejanas) de salir. Estaba muerta en vida. No hubo entierro, no hubieron lágrimas, su compañía continuaba divagando en la tierra (esa desolada que le abre los brazos para darle abrigo hipócritamente  por el interés de daño latente, pues sabe perfectamente que para quien vive en guerra consigo mismo y con otros constantemente, cualquier viento suave es caricia).

Y vuelve ella a pensar, ese es su estado natural, piensa, se destruye, se construye, se aniquila ; su pulso está acelerado, es una desdichada que sonríe, una hipócrita de la vida, una masoquista.

¿Entiende usted lo complicado del contexto? . ¡Qué maldito enredo!, ¡Qué vejaminoso suceso!. Esquizofrenia a un pelo, veneno que de a pocos acaba esencia, cuerpo y alma.
¿Qué pasa? NO HAY LUZ. ¿Por qué mi insistencia?. ¿Por qué caminar y caminar por un laberinto sin salida aparente?.
A penas han pasado 17 años desde que llegó al mundo, tiene nombre de una canción de The Rolling Stones, ha luchado sola sus batallas. Es inconcebible que esté tan incompleta, que sea tan inentendible si se supone no ha visto demasiados amaneceres, ni ha padecido lo suficiente, si no ha palpado todas las desgracias, si su experiencia es escasa. Quizá sea que ella misma se ha encargado de escupirse, de abofetearse, de cansarse, de invalidarse. ¡AY!, pero que continuidad, que insistencia con la invalidez social, esa inexistente, esa mental, esa metafísico-existencial.
Alargar el concepto se ha tornado desde un comienzo, inevitable, inmanejable, yo solo escribo y quizá eso sea equívoco, LETAL.

Si se siente intrigado por cómo termina la noche, habré de decirle que no fue suficiente con el insomnio, las dudas, el desenfreno. Un alma en constante fatigación no puede ponerle fin en una noche a sus trastabilleos, no puede fingir que puede continuar.
Continuó con su concepto, con ese aplastarse el alma y volarse los sesos, continuó y no termina, esta historia no encuentra fin, ella sigue en su lucha a favor de nada.





-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.


jueves, 26 de febrero de 2015

Atemporales

Es tarde,demasiado tarde en una noche de las últimas de Febrero. Se inmiscuye entre los dos un frío que cala los huesos y ese ansiar estar sin el otro. Parece absurdo que sigamos compartiendo los días,mientras nos embadurnamos la cara con color hipocresía y nos precipitamos con esos "Te amo" que suenan a "Nada más nos queda",mientras los suspiros se escapan no por gusto,sino por tedio. Es absurdo estar juntos por la compañía a medias que nuestros cuerpos sin más que corporalidad y punto, nos ofrecen.
Esa atemporalidad de querernos y no,de sentirnos y repelernos,de ser y no ser,de palpar y empujar,de querer hallar el misterio y desinteresarse,de un día querer dejar el mundo entero por el otro y el mismo día nos aburrimos y resultamos no ser.

Cómo quisiera tener las cosas claras como las tienen Claudita y Andrés que llevan incontables años juntos,de vez en cuando se sientan en el parque a tocarse con la hierba la nariz y a cosquillearse los sentidos,sonríen,se besan,se toman de las manos y de nuevo a casa felices y sin dudas. Aunque siendo sincera me importa una mierda si Claudita o Andrés comparten perfección y momentos inolvidables,me importa una mierda ir contigo guardando las apariencias,me molesta en demasía sentirte cerca sin anhelarte,sin desearte,me desagrada que de tantos jadeos,fluidos corporales y de vez en cuando un orgasmo mal logrado, no se saque ningún"Haber hecho el amor",ningún haber sentido tu carne,tu ser,ninguna cercanía distinta a ese estrujar incesante de cuerpos.





No entiendo la inconstancia.
Esto se asemeja a aguardar en la fila que conduce a la guillotina.



-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.

sábado, 21 de febrero de 2015

Indeleble

Entre tanta gente te veo, veo el brillo de tus ojos en cada esquina, pero vos no estás, solo sos espectro,estás de cuerpo completamente distante, no nos separan cientos de kilómetros sino el frío que habita en tu alma, que resulta mucho más abrumador.

Me persiguen indefinidas sombras y las reminiscencias de ti. Probablemente sea paranoia, probablemente si.

Tus labios que generan al besarles, al sentirles, al morderles, placer y dulzura inmensa, no son más que ponzoña, no son más que la causa innegable de ésta muerte lenta.

Vos no te encuentras entre estas cuatro paredes, pero sin tan siquiera percatarte te viniste conmigo, te colaste en mi alma, te fundiste con mis suspiros y te hospedas en cada espacio que deja el latido.

Qué amargura intacta, ésa de lo efímero; admito que busqué huir, lo busqué por mucho tiempo, han trascurrido casi dos años, pero sos indeleble.
Qué manera de quererte, de extrañarte, de anhelar ese ESTAR pero con vos, entre tus brazos, ese descansar sobre tu pecho; qué manera de pensar en cada momento, de materializarte entre sueños y pintarte de color pensamiento.

Muchacho terco, no me cague la vida más, no haga de mis miserias constancia ni de mi poca luz oscuridad, ni se pegue a mis letras, no se cargue con la tinta de mi pluma, no se funda entre canciones, no se arrope con mi voz que siempre lo canta.
No más, POR FAVOR.



-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.

A media tinta

No llevo la cuenta de la cantidad de veces que realizo cambios innecesarios entre el sueño requerido de ocho horas nocturnas que no vuelven a la vida de uno por memorias, reminiscencias, angustias que vienen tocan la puerta y sin ser invitadas se hospedan en este pequeño cuarto que suficiente oscuridad posee; no concibo la idea de haber sido eso que no corresponde, eso que carcome, eso que cuesta y que fastidia con el solo sostener de las vísceras e irónicamente  jamás seré.
No llevo la cuenta porque sería más abrumador, más insensato aunque parece imposible que haya más insensatez.

Es absurdo el perturbarse tan abrupta y continuamente la existencia con formulaciones a media tinta y con susurros que se cuelan prolongadamente a media voz.




-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.