domingo, 2 de agosto de 2015

Analogía nicotínico-vivencial.



A veces soy demasiado absurda.


Por ejemplo,el olor del cigarro impregnado en mi ropa y mi cabello,me molesta,además del terrible sabor de boca que deja el fumar. Sin embargo,en algún tiempo fumaba hasta dos cajetillas diarias.
Mi excusa favorita para fumar era: "Solo lo hago para apaciguar el frío".


Pero creo que solo lo hacía porque disfruto muchísimo más que fumarlos,el verlos consumirse,el verlos esfumarse de colilla en colilla con el viento y las nostalgias. Creo que me resulta muy familiar con la vida misma.


Es simple: Si te dejas consumir,tu esencia de desvanece.

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