viernes, 29 de mayo de 2015

Carta a tu ausencia

Viernes 29 de Mayo del 2015:

Son casi las 10 pm y el alma comienza a romperse, a elevarse entre los fluidos airosos de ''Thursday Afternoon''.

Te escribo porque los días pasan lentos y dolorosos, desteñidos e imposibles. Sé perfectamente que no vas a leer esto, no me importa, no quiero que lo hagas, solo tengo afán por derramar entre la tinta un poco de lo que siento desde que te fuiste. Estoy viva, eso dice el mundo, eso dicen mis latidos, mis funciones vitales, pero yo estoy en desacuerdo, porque cada día muero un poco al menos, me matas de a poquitos, me arrancas cada parte de mi ser, te llevaste contigo eso que no fui con nadie, eso que nunca quisiera volver a ser.
Aún recuerdo el día en que estábamos abrazados en nuestra cama, en nuestra habitación, en nuestra casa, despertando al mundo tomados de la mano, besándonos y sonriendo porque había pasado ya mucho tiempo de compartir el tiempo juntos, de sentir cada parte del otro. Me parece absurdo, recordar que antes de levantarte me decías: ''¡Mi amor, qué linda estás!'' aunque no fuese cierto, ''Te amo, nunca lo dudes'', para luego darme un beso, levantarte e irte a la ducha mientras te miraba caminar y me sentía tan completa. Me parece ridículo que salieras por esa puerta, tras despedirnos para jamás volver.
No sé si es una broma pésima del universo, no sé si estoy en trance y tú eres quién está sin mí, no tengo ni la menor idea, pero duele, duele muchísimo.
Ese día, decidí no ir al trabajo contigo en el auto y me quedé tomando un espresso bien cargado y sin azúcar como me gusta, ese maldito día, me dió por tomar el libro que me habías regalado, tirarme al suelo y comenzar a leerlo (era de Kundera,''El libro de amores ridículos'' -¡qué coincidencia!);como pocas veces lo hacía. Estaba leyendo y entre cada letra suspiraba, extrañándote desde el momento en que te fuiste, esperando que fuese medio día para correr a abrazarte y a percibir esa fragancia tuya que me transportaba.

Pero ni siquiera llegó el medio día, eran las malditas 9 de la mañana, sonó el teléfono y pensé que eras tú, como casi todos los días para desearme lindo día y decirme que ya te hacía falta -RUTINA QUE DURANTE 5 AÑOS,no aburría-, pero me equivocaba no eras tú, por lo menos no directamente, ''Buenos días, el joven tuvo un accidente, este era el número principal'', sentí como dentro de mí todo se quebraba, me puse el primer pantalón que encontré mientras tartamudeando decía: ''¿Está bien? SEÑOR, POR FAVOR, DÍGAME ¿ESTÁ BIEN?'' y el maldito oficial solo callaba, me tiró a fuerzas la dirección del hospital y corrí despavorida por los cinco pisos del apartamento en donde vivíamos.
Lo único que se me ocurría en el transcurso era llorar, guardando la esperanza de que estuvieras bien, de que llegaría y sonreirías diciendo:''No te asustes, mi amor, estoy bien''.
Pero la vida no es tan fácil y mientras las lágrimas caían por mi rostro, sentía una punzada intensa que me perforaba el corazón, gritaba sin sentido en el volante al semáforo que no se dignaba a estar en verde, dos señoras se atraviesan, un carro en contravía, un maldito trancón en cada esquina y la angustia desbordando mi ser.

Cuando por fin llegué al hospital, corrí a preguntar a la recepcionista por ti, estabas destrozado, yo no entendía nada, tal vez no quería hacerlo, no quería entender ni una sola palabra del desgraciado asunto. Habías chocado dos calles antes de llegar a tu oficina, la imprudencia de aquella camioneta, te dejó inconsciente de inmediato.
No podía entrar, no podía verte y saber que estabas bien, pasaban las horas y la angustia aumentaba, sale el doctor y llama a los familiares, a mí, no había nadie más, tú y yo, solo nos teníamos a los dos, no había nadie más, nos aferrábamos el uno al otro porque nos sabíamos indispensables;me acerco y baja la mirada, ''lo siento'' dice el infeliz, ¿qué siente?, él no sabe nada, ''¿qué siente, doctor?, ¿está bien?, DÍGAME QUE ESTÁ BIEN''. ''Lo siento hicimos lo humanamente posible'', ''Lo humanamente posible no es suficiente'',''El impacto fue muy fuerte, su cerebro recibió el choque de manera directa, no había nada que pudiéramos hacer''. Sin decir más que ''¿Puedo verlo?, camino despacio, entro a esa habitación que desde la puerta gritaba MUERTE,ahí estabas lleno de tubos, de moretones, de un aire espeso y lúgubre, estabas lleno de muerte tan fuera de ti, me tiré a abrazarte, a llorar desconsolada, a maldecirte por marcharte, por no llevarme contigo; te besé los labios que ya estaban helados y te tomo de la mano fuerte,cierro tus ojos, suspiro y parto. No tengo idea a dónde fui a parar divagué demasiado, me tomé un café bien cargado y andaba vagando, llena de rabia con Dios, si es que existía, con el mundo, el cosmos o la providencia, con lo que sea que te arrebató de mi lado.

Al día siguiente, llevaron tus restos y los incineraron como siempre quisiste, los pusieron en un cofre pequeñito y me los dieron, estaban aún calientes. Ahí estabas tú, siendo polvo, entre mis manos, me aferraba al cofre, fingiendo que todo era mentira, que quien estaba ahí no eras tú. Caminé por horas contigo en brazos y finalmente llegué a nuestro metro cuadrado de tierra, esparcí las cenizas que volaron con el viento, canté un poco de esa canción de Billie Holiday que era tu preferida ''Southern trees bear strange fruit, Blood on the leaves and blood at the root, Black bodies swinging in the southern breeze, Strange fruit hanging from the poplar trees'', no pude terminarla, lo siento, mi voz no daba más, tenía un nudo inmenso en la garganta y en el alma, tenía que llegar a casa sin ti. Caminé mucho más lento y llegué casi al amanecer entre lágrimas y desolación a nuestra habitación.

¿Cómo esperas que tenga fuerzas suficientes para inhalar tu ausencia, mientras me invaden los recuerdos y quiero morir?

Quizá esperes que no me rinda y que continúe, pero me resulta inaudito hacerlo sin ti.

Aquí me tienes, han pasado 3 meses y me parece una eternidad, escribiendo cartas que no van dirigidas a nadie, que se apropia tu ausencia.

Aquí me tienes extrañándote y muriendo cada día un poquito más...



-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario