viernes, 22 de abril de 2016

Instrucciones para perder un poco la cordura

-Uno podría asumir que hay cosas evidentes o demasiado obvias,cosas que no necesitan ser dichas o puestas sobre la mesa de las discusiones y el café. Pero me parece importante recordar que aunque todo está dicho,nada es absolutamente irrefutable y que de cuando en vez,vale la pena reinventar las cosas y sacarle la lengua a la monotonía.-


Si usted es una persona seria, que se levanta temprano,se baña,desayuna y sale puntual al trabajo, ésto puede resultarle innecesario pero preste atención. 

Cuando abra los ojos al mundo,no se queje por el frío o la hora miserable de perder el sueño que fue escaso por los trabajos que el jefe le dejó a última hora, no sacuda con ira las cobijas,ni se golpeé (mientras refunfuña) el dedo pequeño del pie contra el filo de la cama. No caminé con dureza,ni ponga a hervir el agua del café con desánimo. Haga todo al revés y verá la diferencia. Despiértese animado,ganándole al despertador,sin preguntarse la fecha. No se enoje si el calentador no funciona, el agua fría no está mal. Báñese,use loción y póngase la ropa. Tome el café, cepíllese los dientes pero no muy fuerte,lavarse bien no es estropearse.
Acaricie al gato,tome las llaves y salga con una gran sonrisa en el rostro.
Si no tiene auto y camina,no se pierda de los detalles (eso no toma demasiado tiempo),si sube al autobus o toma un taxi, sea amable,no empuje. Llegue al trabajo y hágalo sin desdén.

Cambie de sitio para almorzar, recuéstese en el prado a la salida, baje las escaleras de espaldas, salude a la mujer que siempre le hace mala cara. Haga yoga,lea o escriba. No se sumerja en la televisión basura,el licor o la comida chatarra.
Baile,cante,fúmese el mundo,bébase sorbo a sorbo la vida. 
Amárrese mal los cordones para que tenga que agacharse de vez en cuando y pueda pillar infraganti a alguna hormiga que lleva la hoja que le robó a su ensalada. No use corbata ni se aprete mucho los botones de la camisa, dele espacio a su cuello. Use zapatos azules aunque no combinen con su ropa y tarareando,camine de vuelta a casa, mientras todos lo tachan de loco. 
Tome el balón con que juegan los niños de su vecindario y haga un ademán de que se integra al juego. Coma mucho helado sin estar triste y deténgase a oler las flores que siempre suelen enfadarlo por sus espinas. Recuerde los motivos por los cuáles ama a su pareja y hágala sentir amada. Cene un tazón de cereal con yogurth en lugar de leche y luego recuéstese en la cama a ver el techo,a contar vigas o a inventar historias. No le tema al frío y salga a ver la luna o las estrellas. Sacúdase la pereza y viva.

Si hace cada uno de los pasos e inventa unos nuevos,-según guste-,no querrá volver a su normalidad y sabrá entonces, que estar cuerdo no siempre es lo más grato y que ser loco no es una locura. 





-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO



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