Estruendo.

Aquí hace mucho frío,del tipo de frío que es capaz, incluso de congelar el alma. Apenas empieza la noche y éstas cuatro paredes me asfixian,mientras inútilmente pregono: "LIBERTAD".


La realidad me ha pegado una bofetada tremenda,tan tremenda que de paso,me despierta del letargo en el que me encuentro.


¡Noto! Noto que ya no puedo,que necesito respirar,que necesito soltar la carga inmensa que tengo sobre mis hombros,que necesito sonreír con mayor frecuencia. Descubro que requiero con urgencia absoluta recostarme en la hierba que cobija cualquier suelo,ver el firmamento y sentirme viva, VIVA DE UNA VEZ POR TODAS y no viva entre los muertos.
La lluvia incesante que cae diagonalmente,toca 1,2,3,4,5... veces mi ventana,pretende que la sienta como antes lo hacía,que me regocije haciendo letras en el cristal empañado,que me levante por fin de el embrollo en el que me he sumergido por cuenta propia,que la escuche y por eso cada vez es más fuerte,toca cortas melodías que se alargan cuando caen en los charcos,al son de las gotas.
El cristal no es el único empañado,se han empañado también ciertos ideales y con la tormenta estruendosa han venido las inseguridades latentes,intactas que solo se encontraban vestidas de blanco pared,camufladas entre el silencio y el hastío.


Qué me queda, más que el bolígrafo (compañero incansable), el papel,la ira,los recuerdos y las ganas de continuar que se posan en el fondo,en lo más recóndito,en donde ni el estruendo del caer de las gotas se escucha.



-ANGIE CAROLINA ERASO JARAMILLO.