sábado, 24 de julio de 2021

 

Las nostalgias siempre empiezan con el frío y un café, cuestión que aunque trillada, sucede en este mi espacio, donde no puedo contabilizar cuantas veces he hablado de tristeza y cuántas, por ende, las letras han girado en torno a ello. Sin embargo, pasa, como pasan los días porque no ha existido en mi mundo una maquinaria tan potente como esa, pues, si de algo soy profeta, es de esta soledad abrumadora, que me desborda el alma con mucha frecuencia, mientras finjo que puedo sostenerme de pie con la misma dureza que un árbol vetusto con grandes raíces, siendo apenas un tímido diente de león en una ventisca.


No conozco de ninguna eternidad más que la de esta -ya no inesperada- desolación.


¿Es acaso mi "destino" no habitar otra estación que ésta de -0° con 833 melodías en saxofón?

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